Bienvenidos y bienvenidas. El nuevo contexto de globalización ha planteado nuevos desafíos para los estados, las sociedades y los sistemas educativos. En los últimos años, han adquirido mayor flexibilidad cuestiones como el cambio climático, el surgimiento de organizaciones supranacionales, el aumento de populismos y la influencia de redes, entre otros. Rápidos cambios sociales que se han traducido en una mayor desigualdad social. Ante estas circunstancias, la profundización de la democracia y la formación de una ciudadanía social crítica es totalmente necesaria. La ciudadanía es un concepto, una construcción social con pasado, presente y futuro. Desde una perspectiva clásica, se asociaba a los Estados Nacionales a los que pertenecían tanto los ciudadanos como las ciudadanas. Estos poseían un documento de identidad que les daba un estatus jurídico arraigado a lo local y a la identidad nacional. Actualmente, el concepto de perspectiva va mucho más allá de la idea homogénea de la ciudadanía relacionada con los Estados Nacionales y tiene como base fundamental el respeto a la diversidad cultural y promueve la justicia social y la sostenibilidad. La ciudadanía está formada por una o varias identidades y estas identidades se construyen a partir de las demás personas. Por ejemplo, yo puedo afirmar que soy rubia porque existen otras personas que son morenas. También puedo afirmar que soy catalana porque existen otras nacionalidades, como la castellana, la italiana, etcétera. Es decir, yo construyo mi identidad a partir de las otras personas. La alteridad actúa como un espejo donde nos miramos para reconocernos a nosotros mismos. Este espejo nos devuelve una imagen con nuestros valores sociales y culturales. Ser conscientes de la alteridad nos permite desarrollar la empatía, por lo que investigar en educación para la ciudadanía global significa también indagar el concepto de alteridad, aquello que nos une a las demás personas y aquello que nos hace diferentes y nos hace especiales. Las identidades son el conjunto de rasgos individuales y de los grupos a los que pertenecemos. En Didáctica de las Ciencias Sociales hemos construido el concepto de identidad social para aglutinarlas todas. Esta identidad social son las representaciones sociales compartidas por los miembros de una comunidad y se organizan a partir de una serie de categorías como la nacionalidad, el género, la religión, la identidad sexual, etcétera. De estas identidades sociales podemos diferenciar dos tipos. Por una banda, unas representaciones sociales no permeables son aquellas que solo se miran a sí mismas, que tienen miedo a las demás identidades y por lo cual son unas identidades excluyentes. Por otro lado, tenemos las identidades permeables. Son aquellas que están abiertas a otras identidades y que buscan el diálogo. La identidad se construye a partir de un discurso o relato social que se comparte con la comunidad y se intercambia en espacios de socialización como, por ejemplo, la escuela. Por lo que es muy importante analizar los relatos sociales, tanto de nuestros alumnos de formación inicial de educación o nuestros alumnos de secundaria, para conocer así con qué identidad o qué identidades se identifican. Uno de nuestros proyectos fue el de "Global citizenship", que hicimos una investigación para comprobar con qué tipo de ciudadanía y con qué identidades se relacionaban los adolescentes, tanto de Inglaterra como de Cataluña. Al final de esta investigación, comprobamos que, según la situación política, el estatus, la educación, las identidades se construían de una forma u otra. En cambio, también pudimos comprobar que dos personas de dos lugares diferentes del mundo podían compartir una o varias identidades. Otra investigación, pretendíamos descubrir cómo los estudiantes de formación inicial del profesorado o los estudiantes de la ESO podían interpretar de manera crítica cualquier información. Un ejemplo es esta actividad, en la cual les pedíamos que interpretaran la imagen de manera crítica en función de las personas que aparecían. A partir del relato social que daban sus respuestas, nosotros categorizamos al futuro profesorado en tres niveles a los cuales se le asociaba un nivel de "literacidad" y unas categorías de la educación de la ciudadanía global. La primera era el profesorado centrado en los hechos. Este, simplemente describía la imagen y explicaba algún hecho factual. Mientras el segundo nivel, el profesorado centrado en el análisis, se centraba en interpretar la imagen y los hechos relacionados. Y, finalmente, el profesorado centrado en el análisis crítico, no solamente interpretaba la imagen, sino que proponía una acción social para cambiar esa invisibilidad, como por ejemplo, que podemos ver en la imagen de las mujeres o de otras etnias. El resultado de esta investigación fue que casi bien la mayoría del profesorado se centró en el análisis. Es decir, que estamos en camino de conseguir un profesorado formado en ciudadanía global crítica, pero aún nos queda parte de este camino porque necesitamos formar para la acción social. Esta investigación nos llevó a otra pregunta que es: ¿qué se debe hacer en la formación del futuro profesorado para que logre llegar a un nivel de ciudadanía global crítica en un análisis de caso, ya sea la interpretación de esa imagen o de cualquier información? Nosotros apostamos por programas de formación del profesorado donde haya espacios para poder dialogar diferentes temas controvertidos y, sobre todo, que aparezcan todas las dimensiones globales de los hechos sociales y que aprendan a analizar críticamente una imagen y a proponer una acción social. Si nosotros enseñamos al futuro profesorado, seguramente, esta formación también llegará a nuestras aulas de secundaria.