>> Este es un modelo muy simple, referido a la temperatura de la ciudad,
pero quizá suficiente para los fines >> de estudio.
Si deseamos conocer el cambio de temperatura media a una escala mayor de
tiempo y de dimensión, requerimos otro tipo de modelo.
>> Es decir, si deseamos incorporar variables como la intensidad de la
actividad solar, la humedad en el ambiente
o el nivel de concentración de gases de invernadero en la atmósfera,
será necesario >> un modelo más complejo para describir
el cambio de la temperatura a lo largo del día y del año.
>> Ahora bien, con el fin de diseñar un controlador,
¿cómo se obtiene un modelo matemático útil?
>> En primer término,
un modelo de un sistema se obtiene mediante la descripción obtenida a partir
de una simplificación de los elementos y de las interacciones que tienen entre sí.
Por ejemplo, si deseamos controlar la temperatura con un calefactor al interior
de un cuarto, los elementos que describen al sistema serán la fuente de calor,
proporcionada por el propio calefactor,
el aire en el interior que deseamos calentar y las fugas de calor que tengan
lugar por las ventanas, puertas y demás posibles corrientes de aire.
Un modelo mental puede describir las interacciones de forma simple.
Si encendemos el calentador, la temperatura comenzará a subir lentamente,
dejando salir un poco por las puertas y ventanas.
Si lo apagamos, la temperatura descenderá,
you que el calor saldrá de la habitación por las mismas puertas y ventanas,
por lo tanto, si deseamos controlar la temperatura al interior del cuarto,
entonces podemos deducir una regla simple, encendemos el calentador si sentimos
la temperatura del cuarto más baja que la deseada y lo apagamos si es más alta.
Es claro que este modelo y el control no serán muy elegantes y requieren de alguien
que sienta la temperatura o al menos la mida constantemente con un termómetro.
>> Sin embargo, si hablamos ahora de un sistema más complejo,
con más elementos, >> estos modelos mentales quizá no sean
you suficientemente precisos como para describirlos o bien para controlarlos.